RD: Más de 5 millones de afectados y 1,784 fallecimientos en veinte años por catástrofes atmosféricas

Los ciclones tropicales son una de las principales causas de destrucción en la región.

Este 13 de octubre se conmemora el Día Internacional para la Reducción del Riesgo de Desastres (DIRRD), una fecha designada por las Naciones Unidas para fomentar a nivel mundial una cultura de prevención y mitigación ante desastres.

La definición de riesgo de desastre, según la Estrategia Internacional para la Reducción de Desastres de las Naciones Unidas (UNISDR, por sus siglas en inglés), describe este fenómeno como la combinación de la probabilidad de un evento adverso y sus consecuencias negativas. Este riesgo se compone de tres elementos clave: amenaza, exposición y vulnerabilidad.

En América Latina y el Caribe, entre 2000 y 2022, aproximadamente 1,534 desastres afectaron a más de 190 millones de personas, lo que significa que 3 de cada 10 habitantes de la región han enfrentado eventos extremos como huracanes, terremotos, sequías, deslizamientos de tierra o erupciones volcánicas, describe el informe de coyuntura del Impacto de los Desastres Naturales en República Dominicana, del Consejo Nacional  de Competitividad, de diciembre de 2023. 

La República Dominicana enfrenta una exposición inherente a una variedad de riesgos naturales, lo que la convierte en uno de los países más impactados por fenómenos climáticos extremos a nivel mundial. Aproximadamente el 30% de su población es especialmente vulnerable ante estos eventos, según datos del PNUD y ONU Medio Ambiente de 2018.

La ubicación geográfica coloca a la República Dominicana en el cuarto lugar entre los diez países de América Latina y el Caribe con mayor vulnerabilidad a ciclones tropicales, con un promedio de probabilidad de un 35% de que se produzcan estos eventos en su ruta.

En cuanto a la amenaza de terremotos, la República Dominicana ocupa el sexto lugar, con un índice de 9.7, por encima de Haití, El Salvador y Colombia. Además, posee 14 fallas tectónicas, lo que representa una amenaza latente para su estabilidad sísmica, ya que la actividad en estas fracturas geológicas puede provocar terremotos de gran magnitud.

Desde 2001 hasta 2023, el país enfrentó una serie de desastres naturales que afectaron a más de 5 millones de personas, resultando en 1,784 fallecimientos. El año 2016 fue particularmente devastador, con casi 2.8 millones de personas afectadas.

Según datos de la Defensa Civil, entre 2017 y 2022, se reportaron más de 79,000 personas desplazadas y miles de viviendas destruidas o dañadas. Las pérdidas económicas son igualmente alarmantes; eventos históricos como el huracán Georges en 1998 provocaron pérdidas que representaron el 14% del Producto Interno Bruto (PIB) del país.

Más recientemente, el huracán Fiona dejó pérdidas económicas directas estimadas en alrededor del 0.3% del PIB, mientras que las fuertes lluvias de 2022 impactaron el 1.6% del gasto público. Estos desastres afectan profundamente la competitividad del país, especialmente en sectores clave como Obras Públicas, Agua y Agricultura.

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