Hace rato que venimos viendo y escuchando información acerca de la celebración de la Conferencia de las Partes -en su vigésimo octava edición-, conocida como la COP28. Se celebró en Dubái, Emiratos Árabes y lamenté mucho no haber podido estar.
Este encuentro buscaba presentar los avances en materia de cumplimiento de las metas y objetivos de cada país -aunado a lo firmado en el Acuerdo de París de 2015- frente a las acciones para mitigar los daños del cambio climático que hoy nos pasa factura y que para no olvidar: nosotros mismos causamos.
Alrededor de esta COP28 hubo un par de incoherencias, pero no entraremos en este detalle.
Hablemos mejor de la República Dominicana, un país insular, colocado “en el mismo trayecto del sol”, que a diciembre de 2022 presentó sus avances en materia de la Contribución Nacionalmente Determinada (NDC, por sus siglas en inglés) frente a los motivos que reúnen a más de 180 países, y, hablemos de cómo los resultados de esfuerzos entre gobierno y el sector empresarial van dando sus frutos.
RD se ha convertido (y lo dice el PNUD) en uno de los 10 países que avanzaron en la acción climática en 2022. Eso es bueno, muy bueno. Los reportes de la NDC-RD 2020, tienen enfoques claros y detallan cuáles son las necesidades de nuestro país para alcanzar los objetivos de descarbonización y la reducción de nuestras emisiones de dióxido de carbono (CO2), aunque representen en 0.07% de lo que llega a la atmósfera.
Estos resultados son conocidos por pocos, así como poco se ha dicho sobre los planes en materia que tiene nuestro país, a pesar de los esfuerzos que desde el sector privado y el público se ejecutan para darlos a conocer.
Pero a dónde voy. Estos esfuerzos no gozan de la difusión, comprensión y asimilación de parte de la generalidad de los dominicanos. Tampoco hemos seguido a cabalidad los pasos que la NDC-RD 2020 propuso para los medios de comunicación (no todos), por lo que a pesar de los resultados de la encuesta aplicada por el PNUD acerca del conocimiento del dominicano y su preocupación sobre estos temas, no es suficiente. Aún no hay una consciencia colectiva que impere.
Durante años he venido trabajando con temas de sostenibilidad, responsabilidad social empresarial y he visto cómo ha avanzado el tema en nuestro país, la forma en que muchas empresas la incluyen y van transformando sus formas de trabajar y la manera en que comunican los temas de sostenibilidad. Me interesó tanto que es el centro de mi tesis de grado. Hay avances, sí, pero no basta.
En la COP28 tuvimos presentes agrupaciones empresariales privadas del sector financiero y energético del país, instituciones del estado (encabezadas por el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales -Mimarena-), organizaciones sin ánimo de lucro y otros gremios. Cada uno participó en paneles y contó cuáles avances ha logrado desde sus espacios y sectores de producción.
Estas informaciones deben ser replicadas y en “español cristiano” a los dominicanos de todas las edades, para que todos entiendan por qué es importante y la seriedad del asunto.
¡Nos vemos en la segunda parte!
Sobre la autora
Nadelyn Franco es una especialista en comunicación estratégica con más de 8 años de experiencia en planificación, gestión de proyectos y posicionamiento de marcas y líderes. Se ha dedicado al desarrollo de estrategias de comunicación, redes sociales, creación de contenido multiplataforma y relaciones con grupos de interés.