El 14 de enero de 1987, la cigua palmera (Dulus dominicus) fue oficialmente declarada el Ave Nacional de la República Dominicana por el entonces presidente Joaquín Balaguer, bajo el Decreto número 31-87. Esta designación no fue arbitraria; se basó en una serie de características que hacen de esta especie un símbolo único y representativo de la biodiversidad del país.
La cigua palmera es una especie exclusiva de la isla de La Española y es la única representante de la familia Dulidae y del género Dulus en todo el mundo. Esta exclusividad le otorga un valor científico y biológico inigualable, al punto de ser reconocida como un «patrimonio zoológico» de la República Dominicana.
Este ave endémica se encuentra en diversos hábitats de la isla y es especialmente conocida por sus nidos comunales construidos en las palmas reales. Estas «viviendas compartidas» son un reflejo de su naturaleza gregaria, alegre y sociable. Su capacidad de convivir en comunidad y su comportamiento cooperativo simbolizan valores que resuenan con la identidad nacional.
Balaguer justificó su elección argumentando el interés científico que genera esta especie a nivel mundial, ya que aún se desconoce su parentesco exacto con otras aves. Además, su dieta variada, que incluye frutas e insectos, y su ciclo reproductivo, que ocurre durante todo el año, destacan su adaptabilidad y la importancia de su conservación.
El Decreto número 31-87 no solo la declaró Ave Nacional, sino que también estableció medidas de protección permanentes para garantizar la supervivencia de esta especie. Entre estas medidas, se prohíbe su captura, caza o mutilación, reafirmando el compromiso del país con la conservación de su fauna endémica.