Cada vez más, tanto los locales como los visitantes extranjeros están optando por hacer actividades que van más allá de visitar hoteles todo incluido. Plataformas digitales como Airbnb, Civitatis o Booking han visto este auge y aprovechado para ofrecer experiencias que conecten con la cultura, la naturaleza y la vida comunitaria dominicana.
Una de las actividades ecoturísticas más populares en Airbnb es la Dominican Cultural Walk (Paseo Cultural Dominicano, traducido al español), un recorrido que busca que turistas caminen por el Sendero del Edén, en el kilómetro 14 de Santo Domingo Este; muelan cacao, hagan casabe y hasta naden dentro de una cueva.
La anfitriona solo conocida como Jenny cuenta en la plataforma que recuerda cuando su padre tocaba la guitarra con amigos y cocinaban su carne favorita. “Ahora mi marido Héctor y yo queremos compartir esta hermosa experiencia contigo. Nos encanta cocinar y conocer a gente de todas partes”.

Captura tomada de su perfil en Airbnb
Esta aventura cuenta con más de 150 reseñas en la aplicación. Una turista resumió la experiencia como inolvidable. “Exploramos hermosas cuevas, nadamos en piscinas subterráneas cristalinas (bien iluminadas) e incluso aprendimos a tostar y moler café fresco y chocolate a mano utilizando métodos tradicionales”.
También ofrecen nuevos atractivos, que solo eran promovidos por el turismo local, como es el senderismo y las cascadas. El guía local, Jairo, incluye en estas excursiones recorridos en Los Cacaos, San Cristóbal, con caminatas hacia cascadas como La Culebra, que además de disfrutar de paisajes montañosos, se les ofrecen almuerzos típicos.
El tour tiene más de 300 reseñas y 5 estrellas. Una visitante de Nueva York destacó que le preocupaba no poder hacer la caminata, pero los guías la animaron. “Nadé por primera vez en 20 años e incluso me zambullí desde una roca”.
El ecoturismo en estas plataformas también se expande hacia el sur y el este del país. En Baní, por ejemplo, los viajeros exploran las Dunas, las minas de sal y los arrecifes de El Derrumbao. En Punta Cana, José, fundador de Culebike Adventure, lidera recorridos en bicicleta eléctrica por Macao, La Ceiba y El Salado, combinando ejercicio, historia y agricultura local.
“Después de una semana en un todo incluido, fue la primera vez que sentí que estaba viendo al verdadero RD”, dijo una turista por la aplicación.
Pero no todas las propuestas se enfocan en la aventura. En Puerto Plata, Project Esperanza, liderado por Caitlin, ofrece una experiencia distinta: recolectar vidrio marino en playas y transformarlo en joyería artesanal.
La iniciativa combina turismo con impacto social, pues los ingresos apoyan a migrantes haitianos y artistas locales. Una viajera de California lo definió como “una experiencia encantadora que además beneficia directamente a la comunidad”.
A diferencia de Airbnb, la plataforma española Civitatis tiene un Código de Sostenibilidad para sus proveedores. Exigen, entre otras medidas, reducir residuos, proteger la cultura local, fomentar el crecimiento comunitario y garantizar un trato ético hacia los animales.
Entre sus experiencias más demandadas en República Dominicana está la visita al Parque Nacional Los Haitises, con más de 2,600 reseñas. También destacan rutas hacia los Saltos de la Jalda, en Miches; y la exploración en bicicleta eléctrica por el Parque Nacional Cotubanamá, que combina historia, biodiversidad y arte rupestre.
Más allá de las plataformas
Estas propuestas digitales han ayudado a visibilizar rincones poco explorados del país y a conectar a turistas con guías locales. Aunque no todos pueden tener la influencia de estas mega aplicaciones, también pueden generar impacto en el turismo local.
Un ejemplo es el de Universitarios Tours, liderado por Johan Estévez, que cuenta con más de 13,000 seguidores en Instagram y promueve rutas ecoturísticas para jóvenes dominicanos.
Estévez contó a Raíz Climática que antes de realizar el viaje, le comunican a los asistentes las reglas para la excursión que son no fumar, no tomar alcohol ni tirar basura.

«Esto nos ayuda a cuidar el medio ambiente… Luego que llegamos al punto de encuentro en Salcedo que es donde está Río Partido, los guías locales nos reciben y le dan instrucciones a los chicos, nos vamos con chaleco y durante el trayecto no se lleva más nada que un teléfono si es que quieren grabar, esto para cuidar de que no se dejen desechos en Río Partido«, expresó el joven.
Contó que para llegar al río pasan por un un sendero de 15 a 25 minutos, para luego ir al recorrido de 7 charcos.
«Es una atracción muy demandada porque te permite vivir un momento lejos de la conectividad y disfrutar plenamente de la naturaleza, el río está muy bien cuidado por lo que no encontrarás basura en sus alrededores ni nada por el estilo, en caso de que el destino le parezca muy extenso a alguien, existe la posibilidad de alquilar un caballo», señaló.
Por otro lado, Jessica Leonor, la cara detrás de la agencia de excursiones Por Ahí, confesó que les tocó aprender a ser sostenibles durante el camino.
«Al inicio, por desconocimiento, cometimos prácticas que hoy sabemos no eran las más correctas. Con el tiempo, observando el comportamiento de otros y entendiendo la influencia que ejercemos como proyecto, empezamos a implementar cambios importantes», dijo.
Entre las medidas que han tomado están evitar entrar con vehículos 4×4 a las playas, reducir al mínimo el uso de plásticos de un solo uso en nuestras rutas mensuales, llevarse siempre su basura e incluso recoger las que encuentran en los destinos que visitan.
«Reconocemos que es un proceso en constante aprendizaje. Todavía hay aspectos que seguimos descubriendo, pero lo asumimos como un compromiso: ser cada vez más responsables con el planeta y, al mismo tiempo, inspirar y concienciar a la comunidad de Por Ahí RD sobre cómo juntos podemos generar un cambio positivo», expresó Leonor.
Agregó que su misión es inspirar y conectar a las personas a través de la exploración. Por lo que promueven destinos a través de caminos poco transitados, llegando a lugares de difícil acceso que resguardan una gran riqueza natural y cultural.
«Nuestras rutas, que usualmente realizamos los últimos fines de semana de cada mes, pueden ser de camping o de un solo día. Este estilo de viaje, conocido como overlanding o también como ‘rutas turísticas’, no busca únicamente poner a prueba los vehículos, sino disfrutar del trayecto, la naturaleza y la experiencia de descubrir nuevos destinos, viajando de forma autónoma con lo necesario en vehículos 4×4. Todas nuestras rutas se conciben como espacios familiares e inclusivos, diseñados para que puedan participar personas de todas las edades, y donde incluso las mascotas son bienvenidas», añadió.
Disfrutando del ecoturismo, la experiencia individual
Dannerys Báez, una joven que hace contenido de experiencias de viajes en redes sociales, define el turismo sostenible como una forma de explorar en la que respetamos la naturaleza, sin querer adaptarla a nuestros gustos, disfrutando de las aves, los insectos, los árboles, los sonidos de animales que a veces ni siquiera sabemos qué son, pero que nos llenan de vida porque nos desconecta del mundo tan apresurado que vivimos en nuestro día a día.
Sus lugares favoritos para disfrutar de la naturaleza son Los Reyitos, San Cristóbal; Salto Alto, Bayaguana; Las Yayitas, Bani; Salto Socoa, Monte Plata y Salto El Limón, Samaná.
«El turismo sostenible es súper importante para mí, porque integra el salir de la rutina para ser una con la naturaleza, respetando sus espacios y siendo consciente en cada cosa que hago, desde los lugares donde piso, hasta dejar el lugar igual o mejor de lo que lo encontré. Y pienso que no todo el mundo tiene la consciencia para poder disfrutar de la naturaleza sin destruirla o sin dejar basura en los lugares, por eso es un tipo de turismo que debe ser respetuoso con la naturaleza y sus espacios», comentó Báez a este medio.
La también bióloga dijo que el turismo sostenible no está en el lugar, sino en nosotros como visitantes, cuando respetamos y cuidamos lo nuestro. Por eso, a cualquier lugar que vayamos en la naturaleza, tenemos que tratar de cuidarlo, respetarlo y preservarlo para poder seguir disfrutándolo con el paso de los años.
Pero no todo es color de rosa. Siempre hay cosas que debemos mejorar. Durante sus estudios de posgrado en la Universidad Politécnica de Valencia, la arquitecta Omayra Segura, indagó los desafíos y oportunidades del turismo litoral sostenible, enfocado específicamente en la península de Samaná.

En su tesis de maestría de Arquitectura Avanzada Paisaje, Urbanismo y Diseño, Segura detalla que las autoridades deben ampliar las áreas de protección y evitar la degradación del paisaje con construcciones en zonas verdes.
También, definir la capacidad que puede tener cada destino, para no terminar degradando los recursos naturales, y variar la oferta turística a solo playas, debido a que se pueden explorar cuevas, museos, cascadas, montañas, entre otras atracciones.
¿Realmente estas organizaciones cumplen como agencias o tours sostenibles?
Milka Hernández, experta en gestión de destinos y turismo sostenible, dijo a Raíz Climática que estas organizaciones deben tener al día un cumplimiento legal-ambiental Ley 64-00 y 202-04, planes de manejo de impactos ambientales, sociales y económicos, gobernanza comunitaria con participación real, capacitación constante, transparencia en la gestión, accesibilidad e inclusión, y adopción de estándares como Qualitur o reconocimientos internacionales alineados al GSTC/ONU Turismo.
Asimismo, indicó que los indicadores clave a los anfitriones y guías deberían ser un porcentaje de residuos reciclados y ausencia de plásticos de un solo uso, huella hídrica y energética por turista, respeto a la capacidad de carga, porcentaje del gasto local en la comunidad, inclusión de mujeres y jóvenes en la operación, satisfacción del visitante ≥ 4.5/5, cero incidentes graves de seguridad y mecanismos efectivos de quejas y seguimiento.
La experta señaló que los principales riesgos de que no cumplir con estos estándares son greenwashing, falta de indicadores medibles, sobrecarga turística sin control de capacidad de carga, exclusión de comunidades locales en la cadena de valor, pérdida de autenticidad cultural, débil gobernanza participativa y aumento de impactos negativos como residuos o perturbación de fauna.

Para que sean experiencias sostenibles, deben ser co-diseñadas por la comunidad tanto en la propiedad de los proyectos y como en la guianza. Hernández añadió que para evitar concentración de beneficios es necesario implementar acuerdos de reparto de ingresos, compras locales, acceso a microfinanzas y formación de capacidades en turismo y servicios.
Entre los ejemplos positivos que enumeró la experta están los Saltos de Damajagua, en Puerto Plata (gestión comunitaria y control de capacidad de carga); Jamao Ecotours (turismo de base comunitaria) y rutas productivas como Anfitriones de Monción en Santiago Rodríguez donde potencializan la ruta del casabe entre otras experiencias de involucramiento comunitario; las experiencias del Cacao de Hacienda Cufa en Guananico y Choco Lala en Altamira, ambas en Puerto Plata.
En la región, Costa Rica con su Certificado de Sostenibilidad Turística (CST) es un referente reconocido a nivel global, añadió Hernández.
Parte de las oportunidades que tiene el país en esta área es la diversificación con ecoturismo en zonas de montaña y costa, uso de sellos de calidad como Qualitur, y la de aprovechar las tendencias de viajeros que buscan autenticidad.
Mientras que los retos van desde mejorar la coordinación institucional, implementar indicadores de sostenibilidad en pymes y operadores informales, controlar capacidad de carga en destinos icónicos, fortalecer formación comunitaria y evitar el greenwashing en la comunicación de la oferta turística.
Mientras tanto República Dominicana es el país que más depende del turismo en El Caribe y América Latina. Para finales de este año, se estima que este sector alcanzaría más de 21 mil millones de dólares al PIB nacional.
Hace unos días, el ministro de Turismo, David Collado, dijo Miches «es la niña linda del turismo sostenible con hoteles de alta categoría, más de 2,800 habitaciones disponibles, acueducto, sistema de recolección de residuos y un plan de ordenamiento territorial en marcha».
Asimismo, el año pasado, Collado reiteró que impulsará un turismo amigable al medio ambiente con una visión de un turismo sostenible.




